El Colegio Profesional de Trabajo Social de Málaga está profundamente comprometido con el 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia de Género, al igual que el resto del año. Fecha que no solo refleja una realidad, sino que demuestra que las causas que llevan a que esas violencias forman parte de nuestra vida cotidiana, hasta el punto de que tengamos una media de 47 mujeres y numerosos niños y niñas asesinadas cada año, siendo muy preocupante la normalización de esta situación.
Las Violencias Machistas están muy impregnadas en nuestra sociedad con un hondo calado que provoca graves daños en las mujeres cada día (51% de la población), así como sus efectos colaterales al resto de la sociedad.
Fueron las luchas, el trabajo, la acción y la denuncia del Movimiento Feminista acuñando como “lo personal es Político”, la que impulsó y consiguió que la sociedad tomara conciencia de esta problemática social y de que esta entrara en la agenda política. Desde el 98 hasta hoy, hay un largo y productivo recorrido: se legisla, se libran recursos en distintas administraciones, se elaboran protocolos… El Pacto de Estado contra las Violencias Machistas, el Plan de Contingencia especial durante la pandemia, hemos avanzado en gran medida, pero la realidad nos demuestra, en el día a día, que es insuficiente. Aumenta el número de denuncias de las distintas formas de violencias machistas, siendo cada vez más las mujeres que solicitan ayuda, y nos siguen asesinando por ser mujeres.
Por ello, una de las preocupaciones desde el Colegio Profesional de Trabajo Social de Málaga es tratar de combatir esta problemática desde la intervención y acción profesional, incorporando la Perspectiva de Género como herramienta imprescindible, empeñándonos en avanzar y jugar el papel clave en esta materia que nos compete.
Es importante el reconocimiento del papel que juegan las Trabajadoras y los Trabajadores Sociales en los distintos ámbitos de actuación, Servicios Sociales, Justicia, Salud… siendo un sector troncal en todo el recorrido de esta lacra social.
Los datos son espeluznantes y sabemos que la situación real es aún mayor. No podemos caer en la idea de que todo está conseguido, ya que existe un espejismo de Igualdad, y lo empeora ese elevado número de personas que la niegan cada día. Hoy aún queda mucho por hacer, por lo que la intervención profesional es imprescindible, desde la prevención, la intervención, el acompañamiento, la protección y la recuperación para su normalización de las mujeres que sufren o han sufrido Violencia de Género.
Es importantísima la formación de las y los profesionales del Trabajo Social, el compromiso, poniendo en práctica el código deontológico, muy necesaria la revisión de los equipos, la actualización y coordinación con el resto de las y los profesionales que actúan en estos procesos.
Igualmente es esencial estrechar lazos con las instituciones competentes para una acción eficaz, junto con una permanente y potente sensibilización a la ciudadanía, siendo el acompañamiento a las mujeres que sufren todo tipo de violencia, un requisito indispensable para su inclusión social.
Por ello, no debe haber ni un paso atrás en el desarrollo de la legislación en curso, además de extender y profundizar en la educación afectiva-sexual en los centros escolares desde primaria, como base de la cultura de la no violencia, y en la educación en valores, como camino para la construcción de una sociedad plenamente democrática, libre de violencias machistas.